martes, 10 de diciembre de 2013

Cambio de perspectiva

Hoy he estado recordando una escena de la película El Club de los Poetas Muertos. 
Seguramente recordéis esta peli y afinando un poco también recordaréis la escena (si no la habéis visto, os la recomiendo encarecidamente): se desarrolla en el aula de un colegio  en el que el maestro explica a sus alumnos que    a veces es necesario cambiar el punto de mira desde el que  normalmente vemos las cosas para poder llegar a entenderlas mejor; es conveniente cambiar o alternar  la  perspectiva habitual por otra distinta  para apreciar las múltiples formas, variantes o matices que puede mostrar una misma cosa.
Estamos acostumbrados a ver la realidad a través de un único  prisma creado a partir de nuestra educación recibida, nuestras propias vivencias o circunstancias personales y a menudo no queremos mirar más allá de lo conocido, quizá por ignorancia o quizá por no atrevernos a conocer otros caminos diferentes que  puedan conducirnos a un conocimiento más completo, a una experiencia más enriquecedora.
Un claro ejemplo visual sería el de mirar una montaña o pico por una vertiente o cara; el dibujo o relieve que veremos será determinado y seguramente muy distinto al que podamos observar desde otra vertiente  (en ocasiones parecerá incluso que estamos contemplando otra montaña  distinta)
En esta película el profesor invita a sus alumnos a que  suban a su mesa para poder ganar altura y ver la clase desde otra perspectiva. Esto que podría parecer una tontería no deja de tener su razón, y basta con que nos tumbemos en el suelo mientras jugamos con un niño o que tengamos que subirnos a una escalera para poner una cortina, para que podamos comprobar que hay más "vistas" de una misma dimensión. 
Al correr también estamos variando el enfoque habitual de los estímulos que recibimos del exterior; nos movemos, los objetos pasan más rápido ante nuestros ojos y ante ello nuestra vista se agudiza y nuestra mente pasa a un estado de mayor atención, de mayor conciencia del espacio físico que nos rodea. Los músculos se tensan y responden rápido a nuestras órdenes, el oído se afina y la respiración se acelera, sentimos los latidos de nuestro corazón y podemos dibujar y recortar la silueta de nuestro propio cuerpo y colocarla con precisión en esa calle, en ese carril,  en ese sendero o  ladera por la que estamos pasando.  Es como si entráramos en otra capa del mismo plano en la que sentimos de forma distinta... en definitiva en la que sentimos de una forma más intensa...



Os dejo un vídeo que pude grabar , móvil en mano y con cuidado de no caer, en una salida de domingo que tuve la suerte de  disfrutar junto con los amigos del KM1 de Ronda: Loren, Dani y Ernesto. Discurre por una zona muy bonita que va desde la Cueva del Gato (Benaoján) hasta la estación de Jimera de Líbar. La grabación nos ofrece un plano más directo y menos periférico del que estamos acostrumbrados a ver mientras corremos, un pequeño cambio de perspectiva del que también podemos disfrutar...






viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Por qué corremos? Presentación

Las personas estamos constantemente haciéndonos preguntas.
La gran mayoría de las preguntas que formulamos a lo largo de nuestras vidas no van dirigidas a otra persona que no seamos nosotros mismos. Al fin y al cabo somos nuestros mejores amigos y nuestros peores enemigos y frecuentemente a quienes recurrimos cuando la duda nos corroe o cuando queremos escuchar la respuesta que mejor nos complace y que quizá otra persona no nos la diera.
"¿Por qué hice esto?", "¿por qué no hice eso?", "¿por qué me pasa aquello?"... Las realizamos a diario mientras cocinamos, mientras vemos la televisión, cuando conducimos o en la soledad y silencio de la noche .
Este blog no nace con la intención de responder a preguntas metafísicas, ni mucho menos, sino simplemente con el objetivo de plasmar en forma de crónica o redacción, los pensamientos, las ideas, las opiniones y sobretodo los sentimientos que experimentamos cuando practicamos el deporte de correr, la carrera de fondo en sus múltiples variantes.
¿Quién no ha corrido alguna vez? ¿Quién no ha sentido en alguna ocasión la necesidad imperiosa y casi animal de correr, de salir a la calle y mover las piernas de una forma más o menos rápida para desplazarse? Este sencillo mecanismo encierra mucho más que "correr" cuando se entrelaza con otros ámbitos como pueden ser las relaciones con otras personas, el contacto y deleite con la naturaleza, el sufrimiento hasta casi la extenuación, el diálogo interior, el afán de superación, la conciencia del propio cuerpo...
¿Y por qué corremos? Cada uno tendrá una respuesta diferente según se sienta más o menos próximo a alguno de los ámbitos anteriores, o de cualquier otro, o incluso puede ser que para algunos se trate de un compendio de todos y para otros de ninguno de ellos . Quizá a través de este blog pueda encontrar mi propia respuesta en  los entresijos de los distintos temas que se vayan tratando, aunque tampoco ésta es la meta que persigo. Sea cual fuere seguro que merece la pena correr este camino.

Para no profundizar en exceso, me quedo con una cita que leí no sé dónde o que escuché no sé a quién:
  "Corro porque corriendo soy yo de una forma más completa"