martes, 30 de septiembre de 2014

Run boy, run.

Seguramente, en alguna ocasión, todos hayamos sentido la necesidad de escapar de una sociedad en la que nos sentimos encerrados y de la que a veces pensamos que no está hecha para nosotros.

Run boy, run, this world is not made for you.                     
Corre niño, corre, este mundo no está hecho para ti.


Transcurre la conversación telefónica con el comercial y noto como sus palabras intentan llevarme por el  camino de la comisión a toda costa, por un camino incuestionable que promete la más beneficiosa de las tarifas, la mejor opción, el precio más económico y las mejores condiciones  de todas las que existen y pudieran haber existido nunca en el competitivo mercado de la telefonía móvil. El teleoperador no me escucha, se dirige a mí  como un amigo muy educado al cual no recuerdas y repite una y otra vez mi nombre, a  veces bien, otras no tanto. Intenta hacerte comprender con más o menos celeridad que aquéllo que te ofrece es, sin lugar a dudas, lo mejor para tu interés, flirteando con la idea de que eres un individuo único en el universo y que el objetivo de aquélla llamada podría bien catalogarse como un favor personal.
Esa escena que se repite en muchas ocasiones a lo largo del día me lleva a otras situaciones más graves y de mayor transcendencia en las que el engaño, la oscuridad,  la letra pequeña o la verdad a medias quieren triunfar e imponerse por encima de valores que deberían ser objeto de más y mejor protección en nuestra sociedad: honestidad, derecho a ser tratados como personas y no como números, derecho a recibir una educación que fomente el espíritu crítico, que se oponga al borreguismo, al conformismo, a la mentira y al  ocultismo como forma natural de relacionarnos los unos con los otros, derecho a exigir a nuestros representantes que los poderes públicos trabajen por y para lo público, que el ciudadano sea el auténtico protagonista y no el actor de reparto de una función a la que siempre llega tarde.


Está claro que nuestro mundo no funciona así y que los ciudadanos no tenemos, ni mucho menos, la sartén por el mango; prima la imposición sobre la explicación, la soberbia sobre la tolerancia, la cifra sobre la letra, la burocracia sobre la eficacia, el suelo sobre el techo, el eufemismo sobre la esencia, la improvisación sobre la reflexión, el culto al cuerpo sobre el cultivo de la mente, la autoridad sobre la libertad.
Vivimos en una sociedad poco honesta, poco clara, dirigida por representantes políticos cómplices cuando no responsables de tantos desequilibrios, de tantas injusticias individuales y colectivas, que permiten que el gigante Goliat siga sometiendo a David en una lucha desigual, y lo que es más importante,  que quitan a éste sus armas sin las cuales nunca podrá llegar a doblegar al gigante. Cada día podemos sentir a nuestros pies la vibración de la apisonadora que terminará aplastándote si no le suministras el combustible que necesita para seguir pisándote. Todo esto nos lleva un estado ya no de pereza o hastío, sino de auténtica y justificada indignación.


Run boy run, they're trying to catch you,     
corre niño corre, están tratando de atraparte.




Y ante este panorama,  los pensamientos de escapar de esta senda tan estrecha te van bombardeando de cuando en cuando, dependiendo fundamentalmente de tu estado de ánimo. A veces bromeas con ideas "descabelladas" de cambiar totalmente de forma de vida, de dar un puñetazo en la mesa y de, como diría alguien, coger la maletilla, dejar todo y marchar  a las sierras de la Alpujarra a vivir "entre limones", sin seguro de coche... sin coche, sin hipoteca, sin teléfono móvil ni teleoperadores, sin tráfico, sin  el ruido, sin el estrés que día a día nos echamos en la mochila y del que sólo somos conscientes cuando su peso nos tira al suelo. Una vida en la que los molinos no serán tan implacables con el pobre Quijote...una vida posiblemente más limitada pero probablemente mucho más limpia y tranquila.
Run boy run, break out from society.         
corre niño corre, salir de la sociedad

Run boy run, beauty lies behind the hills.    
Corre niño corre, la belleza está detrás de las colinas.

Hoy no tengo ganas de conjuntar el pantalón corto y la camiseta. Me pongo rápidamente lo primero que cojo del cajón y me ato las zapatillas en ese ritual que inicia cualquier entreno, cualquiera carrera. Me siento ansioso por empezar a dar zancadas y romper el corsé que a veces llevamos puesto sin saberlo.
En cinco minutos estoy en el campo y corro por un tranquilo carril que me lleva a lo alto de una colina. Me detengo unos segundos y me recreo contemplando desde las alturas una magnífica panorámica del casco antiguo de Ronda circundado por las murallas del Carmen.. allí arriba puedo sentir el frescor del aire en mi cara...respiro hondo.... noto como la medicina poco a poco va entrando en mi cuerpo, relajándolo... comienzan a sonar en mi cabeza los violines de la canción que llevo tarareando todo el día :"Run boy run, running is a victory", (Corre niño corre, correr es una victoria), cuando arranco desenfrenadamente y mis piernas se aceleran cuesta abajo.
La tensión acumulada durante el día se desvanece, cada curva, cada calle, cada cuesta, cada carril, cada arroyo que aún tengo la suerte de saltar actúan como depuradores de ánimo; lo filtran, lo limpian y me devuelven un espacio más abierto, más calmado y más cómodo.
Corro por un camino empedrado y noto los distintos relieves del piso bajo mis pies, paso por debajo de las murallas que ahora se levantan arrogantes y noto las miradas de una familia que tranquilamente está sentada en la terraza de una venta. Mis pasos me llevan a los Baños Árabes... la imaginación se dispara y por unos momentos creo entrar en otra época, creo oír el susurro del agua que llega del río y sube encauzada hacia las distintas salas termales...subo rápidamente corriendo de un puente a otro mientras toco con la mano la piedra rugosa de la que están hechos... entonces el pulso se dispara y el dolor en las piernas me devuelve a la realidad...
Una realidad que siendo siempre la misma, la misma de justa o de injusta, la misma de cruel o de maravillosa, se me presenta en este momento más agradable...es tiempo de correr!

Tomorrow is another day                          
Mañana es otro día

and you won't have to hide away.             
y no tendrás que esconderte.

You'll be a Man, boy!                               
¡Serás un hombre, muchacho!

but for now it's time to run,                     
pero por ahora es tiempo para correr,

it's time to run.                                       
es hora de correr.

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Las estrofas pertenecen a la letra de la canción Run boy, run, del grupo musical Woodkid. Buena letra a la que cada cual podrá dar una u otra interpretación, yo le he dado ésta. Os dejo la traducción en español y el video musical que para mí es una auténtica maravilla.



Run boy, run.
Corre niño, corre.

Run boy, run, this world is not made for you                     
Corre niño, corre, este mundo no está hecho para ti

run boy run, they're trying to catch you,     
corre niño corre, están tratando de atraparte,

run boy run, running is a victory,                
corre niño corre, correr es una victoria,

run boy run, beauty lies behind the hills.    
corre niño corre, La belleza está detrás de las colinas. 

Run boy run, the sun will be guiding you,  
Corre niño corre, el sol será su guía,

run boy run, they're dying to stop you,       
corre niño corre, que se están muriendo por detenerte

run boy run, this race is a prophecy,          
corre niño corre, esta carrera es una profecía,


run boy run, break out from society.         
corre niño corre, salir de la sociedad.

Tomorrow is another day                          
Mañana es otro día

and you won't have to hide away.             
y no tendrás que esconderte.

You'll be a Man, boy!                               
¡Serás un hombre, muchacho!

but for now it's time to run,                     
pero por ahora es tiempo para correr,

it's time to run.                                       
es hora de correr.

Run boy run, this ride is a journey to     
Corre niño corre, este viaje es un viaje hacia

run boy run, the secret inside of you.     
corre niño corre, el secreto dentro de ti.

Run boy run, this race is a prophecy     
Corre niño corre, esta carrera es una profecía

run boy run, and disappear in the trees    
corre niño corre, y desaparece en los árboles.

Tomorrow is another day                         
Mañana es otro día

and you won't have to hide away.            
y no tendrás que esconderte.

You'll be a Man, boy!                              
¡Serás un hombre, muchacho!

but for now it's time to run,                   
pero por ahora es tiempo para correr,

it's time to run.                                     
es hora de correr.

Tomorrow is another day                     
Mañana es otro día

and when the night fades away           
y cuando la noche se desvanece

You'll be a man boy!                           
¡Serás un hombre, muchacho!

but for now it's time to run,               
pero por ahora es tiempo para correr

it's time to Run,                                 
es hora de Correr.





viernes, 16 de mayo de 2014

Crónica de un "cientounero" especial.

Después de un largo parón en la actividad de este blog debido a determinadas circunstancias que nos van saliendo al paso,  hoy quiero retomar el camino abandonado; un camino que puede resultar muy interesante para algunos,  e inútil para otros, y que tratará de expresar las distintas emociones que algunos sentimos cuando corremos, que trata de plasmar en un medio físico, como puede ser el papel o la pantalla de un ordenador, los pensamientos y experiencias que vivimos antes, durante y después de la carrera, de los entrenos, de salidas o competiciones; las charlas con los compañeros, los proyectos de futuro, las relaciones familiares, las filias y las fobias, los sacrificios y las  recompensas que vivimos alrededor de lo que perfectamente se puede llamar "una forma de vida".

Y en esta ocasión lo  hago animado por un tema muy  especial, y digo especial por la temática en sí y por el protagonista en cuestión que ocupa estas líneas.
Cuando Juan Alfonso me envió por mail la crónica que había escrito de "sus 101 KM de Ronda" sentí una punzada de ansiedad dentro de mí, me encantan este tipo de relatos porque desnudan el alma de quien los escribe.
De todos es sabido que los 101 KM no es una carrera cualquiera y el grado de implicación del corredor con la misma supone mucho más que entrenarla, correrla y terminarla; esta prueba conlleva unas emociones, unas vivencias personales y sociales mucho más intensas que cualquiera otra.
Comencé a leerla como un niño pequeño al que regalan su primer libro y no puede hacer otra cosa que leer y leer hasta que lo termina: emoción, cada uno de los párrafos está lleno de emoción, de sinceridad en estado puro. Al leerla me he sentido  identificado con muchas de las vivencias que se relatan, he tenido sentimientos de  fascinación por la gesta que supone emprender una carrera como ésta, empatía por el sufrimiento acumulado tras los kilómetros, comprensión por las decisiones que se toman, se me han empañado varias veces los ojos al imaginar a los compañeros y amigos peleando contra ellos mismos,( Loren, Dani, Nono, Almagro, Ernesto, Salva, Antonio Jesús y otros muchos) contra el cansancio, contra la rabia, he sentido alegría y euforia por la victoria... pero sobre todo he sentido ADMIRACIÓN por todos y cada uno de ellos.
Os recomiendo que la leáis con tranquilidad, seguramente muchos de los que ya habéis hecho los 101 os sintáis identificados en algunos momentos; para los que no la hayáis corrido quizá pueda ser la mecha que encienda el "sentimiento cientounero".


Una crónica escrita con el corazón, el alma y las piernas de Juan Alfonso, una persona a la que admiro por distintos motivos, que vive el running de forma tranquila y apasionada (nada fácil), con una humildad fuera de lo común y una gran fortaleza interior; un diesel al que puedes echarle muuuuchos kilómetros... en el camino nos encontraremos.
Juan, a pesar del título de tu crónica, no eres un marchador cualquiera, eres un cientounero especial... y lo sabes.

Crónica 101 KM Ronda 2014, por Juan Alfonso Márquez Ortega